
El presidente de la CNMV se va jactando en privado de lo conseguido con el ya famoso código de buen gobierno corporativo que está por aprobarse. A su juicio, quién ha quedado en evidencia han sido las empresas cotizadas: “los inversores tomarán buena nota de lo sucedido”, explica.
El análisis que realiza Manuel Conthe es el siguiente. Los dos códigos de buena conducta empresarial existentes hasta ahora –el de Olivenza y el de Aldama- fueron impuestos en su momento. De ellos apenas se conoció su intrahistoria, si fueron mutilados, si las empresas estaban a favor o en contra, si eran más o menos exigentes…
Ahora, explica Conthe, hay un salto cualitativo de gran relevancia: aquí ha existido un debate. Los empresarios, con el apoyo de Pedro Solbes, han conseguido recortar sustancialmente el código, es cierto, pero para el máximo responsable del regulador se ha tratado de una “derrota rentable”.
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