Altadis acaba de anunciar el nombramiento de dos nuevos vicepresidentes, los dos designados independientes.
Aunque no les puedo felicitar por sus productos de muerte, por lo menos parece que Altadis ha decidido que el buen gobierno es una forma de demostrar sus valores sociales y, por eso, les felicito. El problema es que algunas de sus decisiones de buen gobierno son, como mínimo, cuestionables.
Su modelo de consejo incluye la separación de los puestos de Presidente y Consejero Delegado, con dos distintos ejecutivos en estos puestos. El primero de estos, la presidencia, es designado no ejecutivo y, por lo tanto, le separa de las preocupaciones operativas diarias para enfocarse en temas estratégicos y de control de la dirección. Si es así, esto es bueno.
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