Wednesday, May 07, 2008

La adaptación al cambio climático podría ser la mejor opción para los agricultores


En la cuenca alimentaria del sur de Zambia, un agricultor del maíz revisa su cultivo. Los tallos están secos y dejaron de crecer. La producción será de una tonelada o menos por hectárea, es decir, sólo una fracción de la cosecha en un buen año.

Este agricultor sabe por experiencia propia que se enfrenta a algo mayor y más serio que una sequía. En su dialecto tonga, se le conoce como kukasaala kwanyika (calentamiento global).

Situaciones como ésta son frecuentes en las cuencas alimentarias de los países más pobres, principalmente de África al sur del Sahara y Asia meridional.

Estas regiones ya se han visto afectadas por el cambio climático. Un aumento de tan sólo 2°C en la temperatura a nivel mundial, el mínimo que se espera para 2050, podría tener efectos adversos de enorme magnitud en las cuencas alimentarias. En el peor de los escenarios, los resultados casi seguros serán sequías y tormentas más frecuentes e intensas, seguidas de inundaciones aún peores.

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