Ante el fracaso de la política a la hora de reducir las emisiones de dióxido de carbono y con eso frenar el calentamiento global, los científicos de la ONU apuestan a soluciones tecnológicas que en muchos casos suenan disparatadas. ¿Es posible que la geoingeniería logre concretar aquello que despierta indiferencia en los líderes mundiales y en las grandes potencias?
Diseminar en la atmósfera partículas reflectoras del calor, construir torres que capten CO2, instalar un parasol gigante en el espacio: científicos de la ONU examinarán a partir del lunes en Lima propuestas contra el cambio climático más basadas en la tecnología que en la voluntad política.
Mientras las negociaciones internacionales para forjar un nuevo acuerdo mundial de lucha contra el calentamiento global -cuya nueva ronda acaba de terminar en Bonn (Alemania)- siguen sin progresar, expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) se reúnen durante tres días en la capital peruana para revisar soluciones tecnológicas que suscitan numerosas críticas por sus posibles consecuencias nefastas.
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