
Incluso en los confines más lejanos del mundo en desarrollo es posible comprar Coca-Cola. Sin embargo, muchas veces en esos mismos lugares, uno de cada siete niños muere por causas evitables, como la deshidratación causada por la diarrea, por ejemplo, antes de cumplir cinco años. ColaLife, una organización sin fines de lucro con sede en Gran Bretaña, se propone llevar medicamentos vitales para los niños en situación de vulnerabilidad a través del mismo sistema de distribución usado por Coca-Cola. A mediados de los años 80, Simon Berry trabajaba en Zambia para una agencia británica de ayuda al desarrollo cuando tuvo una idea. En aquella época, fue difícil conseguir que alguien le escuchara. Pero hace tres años, Berry creó un grupo en Facebook y comenzó a divulgar su idea en la BBC. Consiguió el apoyo de miles de seguidores en Facebook.
Coca-Cola comenzó a conversar con él sobre qué haría falta para poner en marcha esa idea innovadora. Ahora, ColaLife por fin ha visto la luz y hará una ronda de pruebas en Zambia durante los primeros meses de este año. Simon Berry está al frente del lanzamiento del proyecto y conversó con Knowledge@Wharton para explicar cómo es posible ejercer actividades filantrópicas utilizando los sistemas de funcionamiento de una empresa, y por qué los esfuerzos de ColaLife beneficiarán también a los microemprendedores.
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