Pese a la creciente alarma en torno al cambio climático, es probable que los casi 200 países que se reúnen en Doha desde el lunes hagan poco más que hablar sobre la necesidad de controlar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El probable fracaso a la hora de establecer una extensión significativa al Protocolo de Kioto de la ONU, un plan legalmente vinculante para reducir las emisiones de los países desarrollados, también socavaría el trabajo para llegar a un nuevo acuerdo que una a ricos y pobres en la lucha contra el calentamiento global a partir de 2020.
"La situación es muy urgente (...) ya no podemos decir que el cambio climático es el problema de mañana", dijo Andrew Steer, presidente del grupo de estudios del Instituto de Recursos Mundiales de Washington, sobre las conversaciones que se celebrarán en Qatar entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre.
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