Astrid Ruiz Thierry y Carmen Cesteros se preguntan si valen ¿Tirita o antibiótico para la pérdida de competitividad?(Publicada en Mujeres Directivas nº 28)
La realización del pleno potencial del capital humano de una empresa es un factor estratégico para mejorar la cuenta de resultados. Sin embargo, la dura verdad es que las desigualdades existen para muchas trabajadoras y trabajadores en las empresas debido a los estereotipos e ideas preconcebidas sobre las personas.
Cualquier tipo de discriminación, basada en raza, religión, edad, género u origen, va en contra de la ley, es insidioso y dañino para la persona, la sociedad y el mercado. La discriminación impide que el mercado funcione de manera efectiva y eficiente porque ignora o desprecia el valor que aportan las personas discriminadas. Aún así el racismo, el sexismo, la homofobia y cualquier otro tipo de discriminación no desaparecen ni con buenas intenciones, ni con códigos de buen gobierno ni con una buena gestión, aunque estos esfuerzos sí contribuirán a que la igualdad se integre como valor en la vida de la organización. No se puede simplemente "hacer desaparecer" las diferencias. Es necesario gestionar la diversidad, gestión entendida como una respuesta a la necesidad de reconocer, respetar y capitalizar las diferencias humanas que condicionan cada vez más a la empresa, sobre todo en términos de género, raza y etnicidad.
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