
La Comisión Europea (CE) acaba de proponer ayudar a los agricultores pobres africanos en el entorno de crecientes precios de los alimentos.
La idea es ayudarles con medios, incluyendo con semillas y fertilizantes, para que puedan aumentar su producción. En un entorno de crecientes precios, este incremento en su producción tendrá un doble impacto positivo, más producción y precios más altos.
Todo esto suena muy bien. No obstante, hay dos problemas con este proyecto anunciado.
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