
Los bancos tendrán que reforzar su capital y reducir los bonos que pagan a sus altos ejecutivos, según acordó el grupo del G-20 en la reunión que celebró en Pittsburgh, Estados Unidos.
Los líderes de este foro, se comprometieron a poner fin a los excesos del sector bancario, ya que su "temeridad y ausencia de responsabilidad" condujeron a la crisis actual.
La declaración adoptada este viernes ataca los bonos de los que se benefician los directivos bancarios, que creen deberían ser fijados por objetivos a largo plazo y vinculados al rendimiento de cada entidad.
Las decisiones que se adoptan en el marco de las cumbres del G-20 no tienen fuerza legal, pero marcan la pauta para que los gobiernos miembros del grupo definan sus propias políticas e influyan en el resto del mundo.
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