
Era demasiado castigo. La Embajada alemana en España decidió no incluir en la agenda de la última cumbre hispano-alemana reproches de Merkel a Zapatero por las medidas retroactivas aplicadas a la industria fotovoltaica. “Ni siquiera se le planteó a la canciller, porque fue la misma Embajada la que decidió que no era momento para abordar la cuestión poco después de haber exigido al Ejecutivo español que acometiera reformas económicas de calado”, aseguran fuentes conocedoras del episodio. Como publicó este diario, las entidades financieras alemanas son las que tiene un mayor riesgo comprometido en la industria solar española.
Angela Merkel aterrizó en Madrid el pasado 3 de febrero para una visita de dos días. Tras reunirse con el presidente del Gobierno y almorzar con empresarios y sindicatos, proclamó:
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