
"Tengo dificultades para respirar. Cuando vuelvo del trabajo, me siento muy cansado. De duelen los ojos por el polvo", dice un trabajador de 18 años de una fábrica textil de Bangladés.
Ese país asiático alberga más de 4.000 fábricas de ropa y muchas de las principales empresas de pantalones vaqueros del mundo usan fábricas ubicadas allí.
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