Se busca consejero independiente que no moleste mucho. Éste podría ser perfectamente la leyenda del anuncio imaginario que desearía poner cualquier empresa en vísperas de cotizar en bolsa y que por tanto necesita adecuar su consejo a lo que dictan los cánones de las empresas con buen gobierno corporativo. Los datos señalan que de las dieciséis compañías que han saltado al parqué en los dos últimos años, el tiempo que lleva en vigor el último informe de Buen Gobierno Corporativo de la CNMV, sólo cinco cumplen a rajatabla la recomendación que aconseja que el número de consejeros independientes constituya al menos una tercera parte del consejo.
Más allá de los números, todos sabemos que la cantidad nunca ha sido sinónimo de calidad. En España, es prácticamente imposible encontrar a alguien que afirme con rotundidad que los consejeros independientes cumplen con total garantía su papel. Fijémonos en Criteria, el holding de participaciones industriales de La Caixa que acaba de debutar en bolsa. Casi no le había dado tiempo a explicar la procedencia de sus cinco consejeros independientes cuando empezó a cuestionarse la elección de algunos de ellos. En concreto de David K. P. Li, presidente del banco de Hong Kong participado en un 4,1% por la caja catalana. Nadie niega la valía profesional del señor Li, pero, ¿es realmente independiente?, se preguntan los expertos.
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