
Se discrimina a las trabajadoras obesas, según un informe
"¡Qué seca estás!", se les decía, con tono despectivo, a las mujeres delgadas en la España de la posguerra. Entonces, las curvas femeninas todavía se relacionaban con la salud y la fertilidad, y una mujer flaca era sinónimo de mala alimentación y dudoso encanto.
Ahora, ya no es así. La moda identifica delgadez con belleza. Ese atributo también equivale a riqueza. Por lo menos, entre las mujeres. Esta conclusión ya había sido señalada por varios estudios, que certificaban la correlación entre obesidad y baja renta familiar cuando el obeso en esa familia era una mujer.
Un informe publicado esta semana por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) va un paso más allá: las mujeres obesas sufren una "penalización" en el mercado de trabajo. Es decir, cobran menos por el mero hecho de tener unos kilos de más. Esta conclusión, dice el estudio, no puede aplicarse los hombres gordos.
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